lunes, 8 de noviembre de 2010

Producción de Amaranto en la comunidad Metlaltónoc 
(Programa de Agricultura urbana (Rosario, Argentina)).

A raíz de la crisis de 2008, la falta de empleos y la reducción de salarios pueden ser motivo para extender la autoproducción de algunas hortalizas como la col, lechuga, jitomate, calabaza, pepino y espinacas,  en donde la gente participa para su riego y cuidado para después distribuir en la colonia. Con el apoyo de la ley de vivienda 2006 del Distrito Federal en la que se señala la promoción de azoteas verdes o cultivos hidropónicos para densidades de población, instaurar proyecto de autoproducción de hortalizas pueden ayudar al mejoramiento de calidad de vida y ayudar a menguar el proceso de calentamiento global. El aprovechamiento de los espacios verdes en nuestros hogares o el aprovechamiento de lugares urbanos como camellones o parques podrían enfocarse al cultivo de hortalizas caseras que nos brinden alimentos frescos, libres de fertilizantes químicos.
Sin embargo el tiempo y las condiciones de suelo más el escaso espacio de jardines dentro de las viviendas que requerirían de la autoproducción de hortalizas a causa de sus bajos recursos difícilmente se puede llegar a realizar. Así pues, un proyecto con estas características no se ha instaurado ni llevado a cabo en el Distrito Federal, sin embargo ha llegado a comunidades indígenas en donde la producción de cierto tipo de alimentos se han dejado de cultivar a causa de los bajos costos a los que se compra en los mercados o a falta de dinero para su producción.


Este programa se basa en la recuperación del consumo y el impulso al cultivo del amaranto, alimento originario de Mesoamérica, rico en proteínas de muy alta calidad, por lo que es idóneo para reforzar la nutrición de los niños indígenas de México. El amaranto produce un cambio sustancial en la condición física y la salud de poblaciones con desnutrición ya que, combinado con el frijol y el maíz, satisface los requerimientos nutricionales al proveer los 12 aminoácidos esenciales para el ser humano.
Oficialmente Metlatónoc es la localidad más pobre del país. Según el Consejo Nacional de Población, allí la tasa de mortalidad infantil es 66.9 por cada mil nacimientos, equivalente a la que tenía el país hace 29 años. Las familias viven con una dieta de maíz, chile, frijol y sal. Su supervivencia se sustenta en la producción de maíz en las pendientes de los cerros, con muy bajo rendimiento, lo que apenas alcanza para el consumo durante tres meses, por lo que el amaranto que se da en terrenos más bajos puede ser mucho más fácil de sembrar y sus propiedades nutritivas aportan mejor rendimiento físico, mental  salud.

El trabajo se llevará a cabo en cuatro comunidades del Municipio de Metlatónoc, Guerrero, este Municipio se encuentra entre 5 y 6 horas de Tlapa. Las condiciones de suelo son las ideales para la plantación del amaranto y con el apoyo del Fideicomiso para la Salud de los niños indios de México, se incentivará la producción artesanal del alimento.  De esta manera se puede generar un autoconsumo del alimento y a su vez extenderlo a la venta.  
Referencia
Visto el 7 de noviembre de 2010: http://www.fisanim.org.mx/noticias.htm


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