lunes, 13 de septiembre de 2010

Cities and Citizenship **Arjun Appadurai


La realidad de los derechos civiles otorgados a los ciudadanos que habitan una ciudad es un tema central en el proceso histórico de las ciudades. Movimientos surgidos dentro de la urbe han logrado victoriosamente culminar en el alcance de nuevos derechos. Tal es el caso de la comunidad LGBT que a lo largo de los años se ha manifestado para ser tratado como los demás ciudadanos e incorporarse a la lista de derechos que los ciudadanos “comunes” tienen por el simple hecho de serlo.

El 4 de mayo de 2010 es una fecha importante para México, el paradigma de los derechos civiles es capturado por el decreto en el diario oficial de la legalidad de las bodas entre homosexuales.
El movimiento social que se gesta en la ciudad asegurando una fuerza integradora por parte de la comunidad gay ha logrado hacer valer sus intereses privados compartidos con otros y formar una voluntad política. La opinión pública entonces, toma un poder de lucha en el que frena la politización de los problemas coyunturales y es tomada en cuenta para la deliberación en un diálogo entre el gobierno y la sociedad civil.
La concepción de la política como medio para alcanzar fines colectivos por medio de procesamiento de demandas se asume como el papel de la democracia y de ciudadanos libres e iguales que habitan en ella.
El espacio semipúblico, esta brecha entre lo público y lo privado toma gran importancia en la germinación de los procesos de reivindicación ciudadana, la Deep Democracy de Appadurai y The right to the city de Harvey, demuestran la realidad contextual de lo que sucede en las urbes, esta desconexión y falta de interés entre ciudadanos y la perdida de sentido por recrear a la ciudad han generado politización y apatía en la opinión pública.
El 16 de agosto de 2010 se aprueba la adopción de menores entre parejas del mismo sexo. Jurídicamente la comunidad ha obtenido mayores derechos, sin embargo ¿Socialmente los ha obtenido? ¿Será aceptado socialmente un hijo en esas condiciones? ¿Qué hace falta para que la ciudadanía los integre? ¿Qué se necesita para que lo público y lo privado sea respetado? ¿México está preparado para la apertura a los derechos de los homosexuales? Sólo la historia y el tiempo real resolverá estas interrogantes.

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