Como bien se menciona en el texto, Tepito conjuga diversos escenarios políticos, económicos y sociales.
En el ámbito político, se puede destacar la incorregible terquedad de los habitantes por recibir apoyo por parte del gobierno, se piensa que esto tiene meros fines de desalojo o pretensiones de reubicar sus viviendas en sitios lejanos. La rehabilitación de Tepito no ha sido sencilla ni se ha concretado a causa de las enormes tensiones políticas que existen dentro del barrio pues los habitantes son personas no muy fáciles de tratar y mucho menos de convencer. Tepito tiene sus reglas y en Tepito se manda como sus habitantes lo ordenan.
En el ámbito político, se puede destacar la incorregible terquedad de los habitantes por recibir apoyo por parte del gobierno, se piensa que esto tiene meros fines de desalojo o pretensiones de reubicar sus viviendas en sitios lejanos. La rehabilitación de Tepito no ha sido sencilla ni se ha concretado a causa de las enormes tensiones políticas que existen dentro del barrio pues los habitantes son personas no muy fáciles de tratar y mucho menos de convencer. Tepito tiene sus reglas y en Tepito se manda como sus habitantes lo ordenan.
En el ámbito social, Tepito ha configurado un espacio cultural en donde el ensamble artesanal y la cultura urbana permiten distinguir diversos matices que dejan vislumbrar nuevas tendencias urbanas y apego a las costumbres mexicanas.
Asimismo, económicamente se ha situado como uno de los lugares del Distrito Federal en el que los flujos de capital nunca se detienen. El dinero existente en Tepito puede provenir de trabajos informales o formales y aunque esto es un suceso que repercute al país por la falta del pago de impuestos, también es cierto que genera una acumulación de dinero en los habitantes. El dinero fácil ha llegado al ojo de los jóvenes como una esperanza de vida en un país en el que un taxista o un delincuente gana más que un profesional. Esto último, ha generado que los habitantes del barrio se conviertan en delincuentes o puntos de apoyo para la proliferación del narcotráfico.
Si bien es cierto que Tepito es un barrio que vive como una comunidad en el que las leyes que rigen verdaderamente ese territorio son las del consenso común, se debe hacer hincapié en la tolerancia de los habitantes ante los hechos delictivos que se presentan dentro del territorio “tepiteño”.
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